El dibujante Fernando Blanco se alía con James Tynion IV, tres veces ganador del Eisner, para crear un escalofriante thriller tecnológico

En la literatura, el cine o el cómic, la tecnología ha tenido siempre su lado positivo, como promesa de progreso, así como su lado negativo, especialmente cuando la máquina –cualquiera que sea la forma que adopte– queda fuera de control humano. Esa recurrente pesadilla vuelve a tomar forma, con insospechadas consecuencias, en w0rldtr33, la serie del dibujante Fernando Blanco y el guionista James Tynion IV, que llega a las librerías españolas de la mano de NORMA Editorial.

La alianza entre el artista español y el escritor estadounidense, conocido sobre todo por su trabajo en Batman y tres veces ganador del premio Eisner, da como fruto un impactante thriller que encuentra en los colores de Jordie Bellaire, igualmente ganadora de un Eisner, el complemento perfecto. Con un ritmo trepidante desde las primeras páginas, esta serie presenta al informático Gabriel Winter y sus amigos, quienes en 1999 descubrieron Undernet, una arquitectura secreta de internet.

Conscientes del peligro que podría entrañar, dejan constancia de lo que van conociendo en un foro llamado w0rldtr33, pero alguien se deslizó en ese espacio. Aunque estaban convencidos de haber logrado frenar su avance y sellado para siempre Undernet, parece que no fue así. Ahora, tanto tiempo después, el fenómeno que les ha hecho tener pesadillas durante años vuelve a manifestarse con toda su violencia, y les obliga a reunirse para afrontar una amenaza cuyo alcance ni siquiera sospechan.
En palabras de Blanco, w0rldtr33 es “esa historia de terror y ciencia ficción ciberpunk que siempre había querido dibujar y que por fin puedo hacer ahora con la misma ilusión y ganas del chaval de veintitantos, pero con la experiencia y el oficio de un autor de 50”, comenta. “La historia arranca en mis noventa, cuando los hackers eran modernos Robin Hoods y no vulgares ciberdelicuentes, cuando Internet nos iba a liberar a todos y no a convertirnos en zombis adictos a los likes, y las IA eran o malvadas o benévolas, pero no unos instrumentos del turbocapitalismo para que cuatro vagos frustrados deliren con que son capaces de crear arte. Y nos lleva a la actualidad, a nuestro presente cuasidistópico, postmoderno, nihilista y aterradoramente real y más allá, a un cercano futuro donde nuestros personajes lucharán por salvar los últimos resquicios de aquello que nos hace humanos”.
22 de septiembre de 2025
