Si hay una palabra que asusta tanto a médicos como a pacientes es el término cáncer. Cuando una persona recibe este diagnóstico su mirada se apaga. Sus mentes se empañan en una mezcla de miedo y desesperanza que, habitualmente, tardará bastante tiempo en desvanecerse. Estas sensaciones se oscurecen cuando al sustantivo cáncer se le añade el adjetivo terminal. No hay salida, sólo extensión, metástasis y letalidad.
Pero este no es el punto de interés de Hilnama en Tengo cáncer terminal, pero estoy bien. La joven mangaka no se centra en la tragedia personal, familiar ni social que supone el cáncer. Ella sabe que morirá, pero ella está bien. Su dolor está controlado y el tratamiento le permite seguir parcialmente con su rutina: puede seguir dibujando manga Boy’s Love.
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Tengo cáncer terminal, pero estoy bien es una obra creada Hilnama, una mangaka de 38 años a la que le diagnostica cáncer de colon. Tras la devastación inicial ante la noticia, la autora se enfrenta a lo que los médicos le comunican que es un cáncer agresivo, localmente avanzado y con metástasis: un tumor letal. Pero mientras el final llega, ella seguirá viviendo. Y dibujando su experiencia. Un relato sobre la aceptación de la muerte sin renunciar a la vida homoerótico, a lo que se dedica profesionalmente.
Las primeras viñetas de Tengo cáncer terminal, pero estoy bien, o Mikkigan demo Genki desu 38-sai en su título original, aparecieron en 2019 en la cuenta personal de Twitter de la artista. Hilnama empezó a compartir sus vivencias con sus seguidores y amigos. Poco a poco las viñetas se convirtieron en páginas y estas, en capítulos. Pronto, Hilnama no tardó en llamar la atención de la editorial Flex Comix, que en 2020 le propuso publicar dicha historia en la revista digital Comic Polaris. La obra pronto causó sensación por su tono agridulce pero honesto, donde plasma sin tapujos lo que era mirar al futuro incierto a la cara. En menos de dos años, el manga se hizo internacional y la editorial estadounidense Seven Seas lo añadió a su catálogo. Ahora, llega a librerías españolas con el objetivo de leer su experiencia y aprender de ella.
A diferencia de lo que se pueda presuponer, la autora renuncia al dramatismo. Desde el momento que se autorretrata como una tierna y esponjosa conejita nos está lanzando un mensaje. No es un melodrama, ni una historia lacrimógena, ni mucho menos un relato sensiblero. Es una historia de resignación. Hilnama apuesta por abrirnos sus sentimientos y convertir su experiencia personal en una guía de apoyo y acompañamiento a familiares, amigos y pacientes afectados de cáncer. Sin ir más lejos, la dibujante aprovecha estas páginas para hablar de su situación familiar, su relación con sus padres o la depresión crónica que vive su marido, a quien este pronóstico le afecta de manera mucho más intensa.
Aquí, Hilnama realiza un ejercicio de sinceridad y generosidad al compartir con los lectores y lectoras los momentos más difíciles de su vida. De esta manera nos permite conocer y empatizar con su dolor y sus preocupaciones.
Tengo cáncer terminal, pero estoy bien no intenta endulzarnos la vida ni hacernos creer que la vida puede mejorar. Nadie puede evitar el final de su vida, pero Hilnama nos muestra que, mientras las agujas del reloj corran y ella pueda sujetar su preciada pluma para dibujar otra viñeta más, ella puede estar bien.
Hilnama inició su carrera como mangaka centrada en manga homoerótico. En 2020, a la edad de 38 años, publicó su obra más representativa, Tengo cáncer terminal, pero estoy bien, donde plasmó su convivencia con el cáncer de colon. La autora falleció en diciembre de 2022.
6 de octubre de 2025