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Resulta casi inevitable, por ejemplo, participar del jolgorio de una fiesta desarrollada en las calles de Nueva Orleans o ser c%u00f3mplices del silencio tenso de una ceremonia clandestina durante un ritual de ajusticiamiento. Y todo ello con unos gui%u00f1os casi velados que se%u00f1alan al majestuoso Georges Remi, Edward Hopper o Milo Manara. Maestros aludiendo a maestros. Qu%u00e9 ejercicio de nobleza y agradecimiento tan necesario como, desgraciadamente, inusual en esta sociedad cada vez m%u00e1s individualista.%u00c9stas son algunas de las virtudes que garantizan la lectura did%u00e1ctica y completa para quienes disfrutamos del formato c%u00f3mic. Y tambi%u00e9n para quienes apenas reparen en el noveno arte. El modo de presentarnos a los personajes, integrarlos en un contexto veros%u00edmil y atraparnos con cada trama nos sumerge en un universo literario que, sumado al dibujo figurativo, realista y sutil, logra el disfrute para noveles en el lenguaje de las vi%u00f1etas y los bocadillos.En definitiva, la felicidad est%u00e1 al alcance de tus manos.Nacho %u00c1lvaroPeriodista de Radio 3C%u00d3MIC EUROPEO %u2022 OTO%u00d1O 2025 P%u00c1G. 162 //