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S%u00ed. Definitivamente, somos felices. En ocasiones, las circunstancias nos vienen mal dadas, sin duda. Pero encontramos la alegr%u00eda en un gesto tan sencillo como abrir uno de los siete vol%u00famenes %u2014de momento%u2014 de la saga protagonizada por John Blacksad. Ya ha transcurrido un cuarto de siglo desde que Norma Editorial publicase el primer tomo de nuestro justiciero favorito, obra de los sobresalientes Juan D%u00edaz Canales (al guion) y Juanjo Guarnido (al dibujo). Celebrar los 25 a%u00f1os de este felino nos invita a revisitar y, tambi%u00e9n, redescubrir una colecci%u00f3n que gana autoridad con el paso del tiempo y asciende a la categor%u00eda de imprescindible. Los lomos de estos ejemplares pueden lucir orgullosos en cualquier estanter%u00eda con un m%u00ednimo de sensibilidad e inquietud intelectual que se precie junto a los de Tint%u00edn, Blake y Mortimer, Corto Malt%u00e9s, Paracuellos o Soledad. La lista de referencias podr%u00eda ser mucho m%u00e1s amplia, por supuesto. Seguramente hayas reparado en que, pr%u00e1cticamente, todas ellas est%u00e1n ligadas por la l%u00ednea clara o, al menos, la escuela europea del c%u00f3mic. Pero me detengo en estas cabeceras, elegidas por querencia personal, por una sencilla %u2014aunque complicada de conseguir%u2014 raz%u00f3n: la uni%u00f3n perfecta entre dibujo, guion, narrativa, estilo, est%u00e9tica, literatura, impacto, documentaci%u00f3n e historiolog%u00eda. Aqu%u00ed comienza la relaci%u00f3n con las obras de Herg%u00e9, E.P. Jacobs, Hugo Pratt, Carlos Gim%u00e9nez y Tito, respectivamente.La lectura de Blacksad nos ofrece una radiograf%u00eda de diversas realidades pol%u00edticas y sociales desarrolladas en momentos muy concretos del S. XX en Estados Unidos: el auge de las estrellas de Hollywood, los episodios protagonizados por el Ku Klux Klan, la tensi%u00f3n nuclear con su correspondiente captaci%u00f3n de cerebros de la Alemania del III Reich, la ca%u00edda a los infiernos provocado por el consumo de hero%u00edna en los bajos fondos, la explosi%u00f3n juvenil abrazando la cultura Beatnik, la mercantilizaci%u00f3n sindicalista de la defensa de los derechos de los trabajadores%u2026Cada uno de estos contextos hist%u00f3ricos, su ambientaci%u00f3n, recreaci%u00f3n y atm%u00f3sferas se perciben ver%u00eddicas, a%u00fan recurriendo a animales con aspecto antropom%u00f3rfico. Una elecci%u00f3n dif%u00edcil, aunque resolutiva porque consiguen una caricaturizaci%u00f3n elegante de los personajes con atribuciones que amplifican su car%u00e1cter. As%u00ed, logran traspasar el mero papel %u2014nunca mejor dicho%u2014 gr%u00e1fico para ofrecernos una experiencia que apela a la emoci%u00f3n.LA FELICIDAD ERA ESTOC%u00d3MIC EUROPEO %u2022 OTO%u00d1O 2025 P%u00c1G. 161 //

