Page 9 - El rey del bosque
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Pero Ben estaba sumido en sus propios pensamien-
tos. Tenía cosas de las que preocuparse. Bueno, en rea-
lidad solo una. Monty Grabbe. En lo que a abusones
se refiere, Monty era uno de los peores, y Ben era un
objetivo fácil. Era tan pequeño y delgado que tenía
que inclinarse hacia delante hasta con la brisa más
suave para no caerse.
Pero no era tonto.
Sabía que la clave de la supervivencia estaba en no
cruzarse con Monty, así que hacía todo lo posible para
desplazarse por el colegio sin ser visto, ocultándose en-
tre las sombras y corriendo del banco al contenedor, y
del contenedor al aparcabicis como un auténtico nin-
ja. Y, hasta ahora, había funcionado. Las vacaciones
de verano estaban a la vuelta de la esquina. Casi lo
había logrado.
De repente, el padre de Ben se sobresaltó en la silla.
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