Page 21 - Redlands
P. 21

Es cierto,
                                                      sheriff, pero
                                                      mis amigas
                                                      no me dejan             Supongo
                                                         irme.               que os cono-
                                                                           céis todos. Todos
                                                                             arderéis en el
                                                                           infierno. Ninguno
                                                                            de vosotros es
                                                                              humano.
                       Casey,
                      ¿eres tú?
                    Pensaba que ha-
                   cía tiempo que te                                                  Dice el
                   habíamos echado                                                  hombre que
                       de aquí.                                                     sostiene la
                                                                                      pistola.


                                                                              Se acabó el
                                                                             hablar contigo.
                                                                             Suelta a mi hijo
                                                                              o te destro-
                                                                              zaré esa cara
                                                                                bonita.

























                  Ay, sheriff,
                si yo pudiera. Las
                señoras me dieron
                órdenes muy con-
                 cretas, me dije-                                               ¡Ah!
                  ron que lo
                   matara.










                                                    ¡Ya basta!
                                                  Ruega a Jesu-
                                                  cristo pidiendo
                                                  perdón, si quie-
                                                 res, pero no va a
                                                   perdonarte.










        tripa REDLANDS 1.indd   23                                                            9/1/20   13:02
   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25   26