Cuando Ricard Fernández decidió abandonar los estudios con 16 años, fue para lanzarse de lleno a lo que le gustaba. Después de fundar su primer fanzine, Realitat Virtual, comienza a trabajar en un estudio de dibujos animados y prueba suerte como dibujante freelance. Y, como aquello le gusta, publica su primera serie, Les Icariades, con Toni Termens, y después, en solitario, Rodríguez. Mientras tanto, se ha convertido en Efa y no piensa dejarlo. Crea L’ me du Vin y da comienzo a su colaboración con Virginie Ollagnier y Olivier Jouvray en la serie Kia Ora. Publica entonces Alter Ego, con Denis Lapière y Pierre-Paul Renders, y Yerzhan, escrito por Régis Hautière. Con El soldado vuelve a encontrarse con un colaborador que aprecia, Olivier Jouvray, en Le Lombard. En 2014, conoce a Salva Rubio. Apasionados ambos de la Historia del Arte y la pintura, les parece evidente que deben trabajar juntos en un proyecto como el de Monet. Nómada de luz. ¡Y, por descontado, en los que habrán de llegar!